Hubo un momento en mi vida en el que algo dentro de mí se resistía a sentirme libre, plena, abundante. Como si estuviera haciendo algo mal por querer más. No era miedo al dinero. Era miedo a lo que significaba tenerlo: ¿A quién estaba dejando atrás? ¿A quién estaba “superando”? ¿A quién podía dolerle verme bien?
Y entonces lo vi claro: no le tenía miedo al éxito, sino
a la culpa que venía con él.
Me di cuenta de que había pactos invisibles operando dentro
de mí. Pactos no dichos, heredados, transmitidos con silencios, miradas o
frases como “no se puede tener todo en la vida”, “agradece con lo poco que
tienes”, “más vale pobre pero honrado”. Pude ver que, por amor a mis padres, a
mis abuelos, a mi linaje… estaba cargando una lealtad a la escasez que ya no
me correspondía.
Porque si yo vivía mejor, ¿estaba traicionando sus
esfuerzos?
Si ganaba más, ¿estaba despreciando sus sacrificios?
Si sanaba el dolor, ¿entonces qué hacía con la identidad de víctima que cargó
mi clan por generaciones?
Soltar esa lealtad fue un duelo. No porque yo quiera dejar
de amar a los míos, sino porque elijo honrarlos sin repetirlos.
Mi bienestar no es una traición. Es un acto de reparación.
Mi abundancia no es egoísmo. Es un nuevo camino para quienes vienen después.
Mi alegría no es olvido. Es memoria transformada en posibilidad.
Hoy lo digo sin vergüenza: no me disculpo por estar bien.
No estoy fallándole a nadie por crecer.
No estoy dejando de amar por permitirme vivir en expansión.
Estoy soltando la idea de que ser leal significa quedarme en el mismo lugar de
dolor de quienes me precedieron.
Estoy cortando un hilo. No para deshacer el tejido de mi
historia, sino para coserlo con otro color.
Y si tú estás leyendo esto y también lo sientes… quiero que
sepas que no estás solo/a.
Que se puede romper el pacto con la escasez sin romper con tu familia.
Que puedes agradecer sin heredar la culpa.
Que puedes amar tu historia y al mismo tiempo escribir una nueva.
Hoy te abrazo desde ese lugar donde el amor no duele, y la
abundancia no da vergüenza.
Comentarios
Publicar un comentario