Sanar en el vínculo: El desafío de las relaciones para un superviviente de violencia sexual en la infancia


El trauma que dejó la violencia sexual en mi infancia no se quedó atrapado en el pasado. Se ha colado en mi vida adulta, especialmente en mis relaciones. A veces me cuesta confiar, como si eso fuera una apuesta arriesgada. Otras veces, el amor se siente como un territorio incierto, lleno de dudas y de miedo.

Las amistades pueden volverse un campo complejo. Hay días en los que siento que no encajo, que abrirme me cuesta más de lo que debería. Y cuando logro hacerlo, el miedo al rechazo aparece, como un eco antiguo. He vivido momentos de hipervigilancia, buscando señales de peligro donde no las hay, y otras veces me he refugiado en la soledad porque, aunque duela, parecía más segura que volver a ser lastimada. También me he descubierto complaciendo a los demás, poniendo sus necesidades por encima de las mías, como si el amor tuviera que ganarse con sacrificio... porque así me lo enseñaron.

En el amor de pareja, las heridas se notan aún más. Me ha dado miedo la intimidad. Me ha costado poner límites o he sentido que no soy suficiente. A veces me he metido, sin darme cuenta, en relaciones donde no me he sentido realmente vista, o he evitado el amor por completo, escondiéndome tras una coraza que bloqueaba tanto el dolor como el gozo.

Pero también he descubierto que sí se puede sanar. No se trata de borrar el pasado, sino de aprender a vivir sin que el trauma decida cómo se escribe mi presente. Construir vínculos sanos es posible. Me ha requerido paciencia, compasión y muchas herramientas para recuperar lo que me arrebataron: la confianza, la seguridad, y ese derecho sagrado que tengo —que tienes tú también— a recibir amor sin miedo.

🌿 Quiero compartirte algunas claves que me han ayudado (y que siguen acompañando mi proceso):

💛 Reconocer mi historia sin dejar que me defina. No soy solo lo que viví. Soy también la que elige sanar, paso a paso.
💛 Poner límites sin culpa. Decir “no” cuando lo necesito es un acto de amor propio, no egoísmo.
💛 Aprender a recibir. El amor que merezco no exige que me sacrifique, se construye desde el respeto y la reciprocidad.
💛 Sanar mi cuerpo. El trauma dejó huellas en él, y soltarlo a través de terapias corporales me ha dado una nueva forma de habitarme.
💛 Buscar apoyo. He aprendido que no tengo que hacerlo sola. Tener un terapeuta, una comunidad que comprenda este camino, amistades que respeten mi proceso... todo eso ha hecho la diferencia.

La sanación no es una línea recta. A veces avanzo, otras retrocedo un poco, pero cada paso vale. Hoy sé que merezco relaciones que nutran mi alma. Un amor que no me haga dudar de mi valor. Yo no estoy rota. Me estoy reconstruyendo con más fuerza, más ternura y mucha más sabiduría. Y si tú también estás en este camino, quiero recordarte algo: no estás sol@. 💛✨


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