
Durante mucho tiempo creí que sanar la relación con mi mamá significaba perdonarla.
Perdonarla por lo que no supo darme, por sus ausencias emocionales, por sus silencios, por sus formas.
Pero con los años, el camino me llevó por otra ruta más honda y amorosa: la del perdón hacia mí misma.
Porque más allá de lo que ella hizo o dejó de hacer, también yo me herí intentando llenar vacíos.
También yo me exigí, me culpé, me hice pequeña o me endurecí para no volver a sentirme como me sentí con ella.
También yo me juzgué por no poder “superarlo”, por desear una madre diferente, por querer cerrar la herida con la razón cuando lo que dolía era el alma.
Sanar la relación con mamá ha sido, sobre todo, reconocer que ya no quiero seguir cargando ese peso.
Que no necesito que ella cambie para yo poder estar en paz.
Que no se trata de que me entienda, me pida perdón o me dé lo que nunca pudo.
Se trata de dejar de esperar y empezar a vivir desde lo que sí puedo darme ahora.
Perdonarme por haberme exigido tanto.
Por las veces que me quedé esperando un gesto, una palabra, una validación.
Por haberme alejado para protegerme y luego haberme culpado por hacerlo.
Perdonarme por todas las veces que necesité una mamá que no estaba, y por no haber sabido cómo sostenerme.
Hoy, esa niña que fui ya no está sola.
Hoy, la mujer que soy puede ser el amor que le faltó, la voz que no tuvo, la madre que necesitaba.
Y desde ahí, el amor cambia.
Ya no es un amor condicionado, ni dolido, ni silenciado.
Es un amor que no encadena, que no exige, que no espera.
Un amor que abraza lo que fue y suelta lo que ya no necesita cargar.
A veces, mi mamá sigue siendo la misma.
Pero yo ya no soy la misma.
Y desde este nuevo lugar, puedo mirarla con compasión, sin perderme a mí.
Sanar con mamá no siempre es volver a estar cerca.
A veces, es simplemente dejar de pelear por dentro.
Es honrar lo que sí hubo.
Y liberarme de lo que nunca llegó.
Es abrir espacio para un amor más real, más suave, más expansivo.
Un amor que nace de mí, y que puede incluirla… sin condicionarme.
Comentarios
Publicar un comentario